lunes, 10 de junio de 2013

Sonríe sin pensar

"Cada vez que hemos hecho realidad el futuro, no nos hemos detenido a mirarlo mientras se convertía en pasado. Hemos seguido hacia delante, imaginando un nuevo futuro, para esperarte allí donde tu quieras ir. Convencidos de que este era el mundo que querías encontrar. El futuro es un viaje al infinito. Hagámoslo juntos."

De todo aquello, de todo esto, de la vida y los sentimientos. De la sonrisa que delata a cada sentido.

viernes, 26 de abril de 2013

La vela que titila


La luz de la vela, titila a cada movimiento de las agujas del reloj. El silencio se apodera de la sala, hasta que una mujer, con un estilo más que cuidado, se adentra sin tapujos en aquel lugar que le hace sentir como en casa.

Una luz iluminaba aquel pasillo, desde donde se escuchaba el pequeño murmullo de una conversación. Una conversación íntima, de cada uno de los asistentes a aquella pequeña reunión, donde se expresaron sin tapujos, sin miedos a ser escuchados, sin ningún rencor aparente.

Aquella pequeña sala que les daba intimidad, se convirtió en su paraíso particular y, fue así, como consiguieron esa paz que tanto deseaban.

Historias que vienen y van, que vuelan por encima de nosotros. Sueños que aparecen y desaparecen como por arte de magia sin dejar rastro. ¿Somos nosotros los únicos capaces de ver algo más allá de lo que creímos nunca imaginar?

Preguntas sin respuesta, respuestas que no necesitan preguntas. Vidas vacías y, a su vez, llenas de vida. Risas, llantos, colores que hacen que abramos los ojos con estupor o con vergüenza, sensaciones de todo tipo. Personas que nos hacen sentir, conocer y vivir un poco más aquello que denominamos vida.
Nadie sabe de dónde venimos, la mayoría sabemos dónde estamos, pero, ¿alguien sabe dónde vamos?

El futuro es incierto, pero el presente aún lo es más. Vivamos, es lo único que nos queda.

martes, 23 de abril de 2013

No dejes de sonreír amigo.


Dicen que la vida son dos días. Esos dos días pueden ser soleados o lluviosos, uno puede cambiar el rumbo del otro, o pueden ser dos días totalmente vacíos. Pues bien, coge tus dos días particulares y hazlos solo tuyos. Que nadie los haga lluviosos si quieres que sean soleados, que nadie los haga estar vacíos si lo que quieres es que estén llenos, y que nadie haga que cambie el rumbo de tu propia historia. 



Porque amigo mío, que estás leyendo esto, debes saber que nadie es más importante que tú mismo. Debemos aprender a ser un poco egoístas y a pensar en nosotros antes que en nadie más, seguramente así todo nos vaya mucho mejor. Pero ante todo, debemos aprender a sufrir por lo que debemos sufrir y a dejar pasar las oportunidades que no creemos merecedoras de nuestros sufrimiento. 


Con esto no digo que todo sea bueno ni malo, ni mucho menos. Quiero que te des cuenta de lo mucho que tienes, de todos los que te queremos y queremos estar a tu lado. Todo eso vale más que una sola persona, aunque esa persona sea el amor con todas las letras. 

A veces creemos que estamos solos ante el peligro, ante la adversidad. Pero no estás solo amigo, nunca lo estarás, al menos si yo puedo ofrecerte un hombro en el que llorar, una buena conversación o un simple paseo. Tu sonrisa vale mucho más de lo que mucho valdrán en toda su vida. No dejes de sonreír, ni de ver la vida como es: un camino con piedras, con las que seguro que tropezaremos varias veces; una montaña tras otra, siempre diferenciadas por un gran valle; un auténtica montaña rusa de sensaciones y emociones que nos harán vivir, pero vivir de verdad. 

Porque vivir es sufrir, pero también es disfrutar de cada día, de cada momento, de cada instante en el que se te da la oportunidad de ser feliz. Porque no podemos tenerlo todo y nada al mismo tiempo, pero sí lo deseamos. Porque somos inconformistas por naturaleza, llegando al extremo más absoluto. Porque debemos mirar el vaso medio lleno y no medio vacío, a pesar de que las gafas que llevemos puestas en ese momento lo vean todo mal. 

Coge la fuerza que tienes, enfréntate a todo lo que tenga que venir, bueno o malo. Sonríele a la vida, y hazla sonreír, porque entonces valdrá la pena vivir. 

lunes, 22 de abril de 2013

Futuros encarnados en presente



¿Qué se hace cuando uno ya no es lo que era?¿Qué se hace cuando no se puede volver a vivir así?¿Cómo se superan las cosas que te suceden? A veces apetece saber qué pasará, que será de uno mismo en el futuro. Pero, ¿por qué debe ser siempre incierto?

A veces apetece saber qué pasará, qué será de nosotros cuando pasen los años, los meses o incluso las horas. ¿Qué es lo que buscamos en nosotros mismos a la hora de mirar al futuro? Quizá una respuesta o quizá la confirmación de lo que ya pensábamos, de lo que ya creíamos cierto...

¿Es cierto que todos vivimos mirando al futuro, hacemos algo hoy para ver que pasará mañana? o, por el contrario, ¿lo que hacemos es vivir hoy sin importar el mañana? Quizá todo dependa de la persona, del día, de la hora o de la situación.
A veces nos estancamos en el pasado, en las cosas qué hicimos, qué dejamos de hacer o qué nos hicieron. A veces pensamos demasiado en planes futuros, en qué haremos mañana, hoy o dentro de un año. Pero, ¿por qué? si solo conseguiremos esperar algo de nuestro futuro, que no está del todo al alcance de nuestras manos. Además, si admitimos esto, también deberíamos admitir que nuestro presente, al final, suele estar condicionado por el pasado. 

¿Entonces? Deberíamos admitir que siempre seremos futuros encarnados en presente.