A veces cuesta reconocer el problema, hasta que te das
cuenta de que el problema eres tú mismo. Que nadie sabe mejor que tú lo que
pasa, pero que ni siquiera eres capaz de verbalizarlo...
¿Cómo entonces puedes plantearte el solucionarlo?¿Por
dónde quieres empezar?
Resulta tan difícil decir adiós.Sentir una despedida
anunciada...Esa despedida que habías atrasado hasta este momento.... Pero
nunca sabrás si es una despedida para siempre o un hasta pronto.
Tu corazón por un lado y tu cabeza por otro, nunca
a gusto, nunca unidos.
¿Qué haces ante eso? Coges y te planteas lo más
importante: ¿Dónde empezó todo?
Hace tiempo, y sin darte cuenta, escogiste una opción
equivocada, unas ideas que no sirven de nada.
Y, ahora, después de todo, te planteas cómo vuelves a arreglar las cosas.
Pues quizás tienes que plantearte que las cosas cambian
continuamente, y cada momento pasado no se puede recuperar. Piensa en lo que quieres y en cómo conseguirlo.
Ahora simplemente cierra la puerta, sin mirar atrás...
Que fuera lo que fuese... lo importante es que FUE.
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